sábado, 3 de febrero de 2007

Tifón y Equidna en la mitología griega

Tifón, hijo de Gaia y Tartarus, es el monstruo más mortífero de la mitología griega. Tifón intentó destruir a Zeus a petición de Gaia, debido a que Zeus encadenó a los Titanes.

Cuando Equidna y su pareja atacarón a los dioses del Olimpo, Zeus se defendió mediante sus rayos y castigó a
Tifón encerrándolo bajo el Monte Etna. A pesar de todo, Zeus permitió a Equidna y sus hijos seguir viviendo para que supusieran un desafío para los futuros héroes. 

Tifón y su mujer Equidna eran conocidos como los padres de todos los monstruos. Equidna tenía la cara y el torso de una bella mujer y cuerpo de serpiente (a veces con dos colas). La mitad superior de Tifón era humana, pero se lo describía como un monstruo horripilante con cientos de cabezas de serpiente, con lenguas oscuras ondulantes; ojos que desprendían flashes fogosos y voces estrepitosas; además de cientos de colas de serpiente. 

Tifón empezó destruyendo ciudades y haciendo temblar montañas en un ataque de furia. Todos los dioses del Olimpo huyeron a sus refugios. Sólo Zeus se mantuvo firme. La lucha titánica creó terremotos y tsunamis, pero finalmente llegó a su fin cuando Zeus lanzó el Monte Etna sobre Tifón, desde arriba, encerrándolo.  

Tifón representa las fuerzas volcánicas, así como las peligrosas tormentas de viento ardiente provenientes del turbulento foso del Tártaro al que fue arrojado. 

Tifón se identificó con Set (dios de las tormentas de arena caliente en la mitología egipcia).

(42355) Typhon